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"Quien quiere innovar, cuenta con herramientas suficientes para probar su proyecto", Jose Manuel Belda

"Quien quiere innovar, cuenta con herramientas suficientes para probar su proyecto", Jose Manuel Belda

El economista Juan Manuel Belda, experto en financiación para la innovación, advierte de que "las pymes no usan los incentivos fiscales como debieran"

Un 0,6%. Es el porcentaje de empresas españolas que solicitan deducciones fiscales a la innovación, o lo que es lo mismo, solo 10.000 de en torno al 1.600.00 mercantiles que tributan en España. Para el director de Evalue Murcia, la consultora especializada en financiación de la innovación, José Manuel Belda Cuadrado, "los beneficios fiscales son una herramienta ventajosa para las Pymes, pero no los usan como debieran".

El economista cree que el desconocimiento de los incentivos fiscales juega en contra de las empresas por lo que el próximo 6 de noviembre expondrá sus ventajas en una jornada que tendrá lugar en el Parque Científico de Murcia a partir de las 9 de la mañana.

Analizará para los asistentes las fórmulas posibles para que las pymes innovadoras se beneficien de esos descuentos en sus obligaciones tributarias, y también de las bonificaciones a la Seguridad Social.

 

¿Los empresarios desconocen estos incentivos y créditos fiscales para financiar la innovación? ¿Están infrautilizados por el desconocimiento?

Hay un gran desconocimiento. De las tres formas de ayuda a la innovación, las subvenciones, la financiación pública y los incentivos fiscales, estos últimos son la pata más desconocida, puede ser debido a la poca transferencia de información a los empresarios desde los despachos fiscales. El uso realmente no es importante, y podría ser mucho mayor, aunque el volumen de ayudas que reciben las empresas españolas en incentivos fiscales es igual de importante que el volumen en subvenciones en estos momentos. Cerca de mil millones anuales. Esto da idea de que es una herramienta financiera muy buena y más fácil de gestionar que una ayuda pública a fondo perdido, que exige un compromiso fuerte y una mayor rigidez, ya que el incentivo fiscal se tramita a posteriori.

¿Se trata más bien de una compensación al esfuerzo innovador que hace la empresa?

Sí, es más bien una recompensa al esfuerzo innovador. La dinámica es distinta, ya que la empresa al final de año refleja en la declaración su inversión en sus proyectos de innovación, logra la deducción fiscal, la cobra al año siguiente y puede volver a invertir. Los porcentajes de deducción fiscal son más altos si hay una escalada en la inversión anual, es decir si este año has invertido más que los anteriores.

No mitiga mucho la dificultad de buscar financiación para llevar a cabo un proyecto, que suele ser la tarea más árida.

Es que la mayor parte de las ayudas no apoyan en ese sentido al emprendedor, porque las suelen conceder una vez justificadas. Solo en casos puntuales, como algunas del INFO, te aportan capital al principio, además del Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI) que sí tiene líneas específicas y te aporta financiación al inicio -pone más de 800 millones al año-, pero hay que aportar garantías.

¿Las startups que tributan poco o registran pérdidas no pueden beneficiarse de incentivos fiscales?

Esto es una reducción del pago de impuestos, pero en los casos en que pagan poco o tienen pérdidas, la administración ha pensado en beneficiarte sin antes haber retenido nada, aunque exige requisitos complejos y puede tardar hasta dos años en pagar. Si el plazo se redujera, esta fórmula sería realmente interesante. Ya se ha solicitado al Gobierno, dentro de las reivindicaciones periódicas que hacemos desde las consultoras, que este crédito fiscal se pueda utilizar para avalar operaciones de financiación pública o privada.  Esto aportaría una fuente de ingresos adicional al emprendedor sin tener que avalar con activos personales.

Si un empresario quiere apostar por la innovación, ¿qué estrategia financiera le aconseja en este momento de incertidumbre y, según auguran, de precrisis?

Las dos herramientas más importantes de la administración para afrontar la innovación, que son las líneas del CDTI y los incentivos fiscales, que pueden proporcionarte hasta el 70% o el 80% de retorno del gasto. Estas líneas de ayuda se han mantenido estables e incluso se han mejorado en la época de crisis, por tanto no vemos que se vayan a ver afectadas en el corto plazo. Hay estabilidad. Lo mejor es contemplar las posibles ayudas desde la fase de planificación del proyecto, incluir la previsión de cuánto y cuándo va a llegar. Hay que solicitarlas en el momento inicial y, después, de año en año aplicarte la deducción fiscal en esos proyectos. Tenemos casos de éxito en los que la ayuda ha llegado a tiempo para ejecutar el proyecto y no después, pero es fundamental una buena planificación.

Para una empresa consolidada será más fácil, pero ¿qué necesita una startup para lograr capital y ventajas fiscales?

Las ventajas fiscales las obtiene por derecho, pero si no paga impuestos porque no tiene beneficios, puede acudir a esa vía de anticipación. Para el resto es complicado, ya que las ayudas del Estado para startups suelen llegar después, con excepciones como algunas líneas del INFO, las líneas Enisa y el CDTI, pero el emprendedor tiene que aportar fondos en todos los casos. No hay línea de ayuda que asuma todo el riesgo del proyecto.  

¿Cree que las empresas innovadoras cuentan ahora con suficientes vías de financiación como para no tener que renunciar a su proyecto?

Ahora tienen esa problemática las startups, pero quien quiere comenzar a innovar tiene herramientas suficientes en España para llevar a cabo su proyecto. Si tengo un proyecto pero carezco de tiempo o capacidad, dispongo de una red en España de centros tecnológicos y de universidades que me pueden aportar el plus que no tengo. Se piden ayudas y se puede tener un retorno a fondo perdido para cubrir gran parte del proyecto. Si es muy disruptivo, puedes ir incluso a la Unión Europea, cuya aportación a fondo perdido puede llegar al 70%, y el resto lograrlo aplicando deducciones fiscales. Hay, por tanto, recursos económicos y técnicos que ponen las administraciones públicas a disposición de las empresas. En la Región de Murcia hay una red interesante de centros tecnológicos para los que busquen un apoyo a su actividad innovadora.

¿En qué ámbitos se dan más iniciativas innovadoras que demanden financiación actualmente?

En la Región hay un sector agroalimentario predominante, aunque hay desde fabricación de cascos de motos hasta de fragancias, pero en Murcia las empresas agroalimentarias son una referencia mundial que usan mucho la innovación en proyectos que no son siempre los más cuantiosos, como sucede en la indistria energética o de la automoción.

¿Cree que el sistema español de deducciones fiscales para la innovación es el más favorable?

Es el más favorable de la OCDE (compuesta por 36 estados). El resto de los países usa otras herramientas, pero aquí podemos estar contentos con el sistema de deducciones y esperamos que se mantenga, ya que las previsiones hacen pensar que pueda variar, aunque la paralización política en este caso ha favorecido, ya que no ha variado este sistema.

Hay que hacer sin embargo una matización. Es a la hora de enfrentarse a la agencia tributaria cuando podemos caer en una situación de inseguridad jurídica, pero hay herramientas disponibles para que las empresas que se apliquen deducciones fiscales puedan afrontar esto con tranquilidad.

Su consultora, Evalue, está especializada en financiación pública para la innovación, pero ¿también facilitan acceso a capital privado?

Ayudamos a acceder a recursos públicos económicos y no económicos a la innovación. Y también tenemos acceso a capital privado. Se está produciendo una inyección de fondos privados a proyectos innovadores. Gente que movía su capital en rentas variables o rentas fijas, y que con el tipo de interés bajo buscan ahora invertir en empresas innovadoras. En la Región se han producido inversiones muy importantes en los últimos años que antes solo se daban en Madrid o Barcelona.

Hay asesores financieros que defienden que no hay reglas matemáticas para que un inversor visualice qué innovación va a ser capaz de transformar el mercado, ¿realmente se aplica la intuición como criterio?

Los gurús económicos hablan en términos generales, pero si nos vamos al día a día, una empresa conoce bien las tendencias y sabe si un producto va a tener cabida en el mercado. El éxito ya es otra cosa, pero saben si un nuevo producto o servicio va a llegar a buen término. Estos gurús hablan más de habilidades sobre por dónde va a ir la Inteligencia Artificial y otras tecnologías, pero la empresa está más cerca del mercado. Hay que pensar que los cambios están siendo muy rápidos y las empresa se están adaptando. En el futuro no hay alternativa a la innovación. Si no innovas, estás fuera del mercado. Hay ejemplos sonados. Nokia desapareció porque no supo innovar. Y toda empresa puede innovar, en productos, en procedimientos...

¿Se está retrayendo el capital privado a cuenta de la anunciada crisis?

No se retrae. Todo lo contrario. Cada año vemos más operaciones y más inquietudes por buscar proyectos. Necesitamos proyectos donde gastar el capital privado. Hay algo de síndrome de querer ser Google, mientras que aquí la innovación no es tan disruptiva. Lo cierto es que cada vez hay más interés por la empresa innovadora por parte de los inversores.

¿Cuál es su diagnóstico sobre la llegada de una nueva crisis económica?

Soy economista, y somos profesionales en analizar el pasado, pero tenemos dificultades en conocer el futuro. Hay ratios que nos hacen ver que en 2020 tiene que venir una crisis, pero cuando uno lo anuncia, lo que hace es provocar que se retraigan las inversiones, que contribuyen a crear las condiciones de crisis.

Creo que habrá una desaceleración, pero como la del año 2000 con la burbuja tecnológica y el alza del índice Nasdaq, que en España no afectó tanto. Crecemos por encima de otros países. La crisis será razonable, suave y no impactará tanto a los españoles.

Jornada: Incentivos Fiscales I+D+i “claves” y “puntos críticos” de su aplicación