La marca de productos naturales para la agricultura, creada por José Ramón Alcaráz, potencia los efectos fungicidas y estimulantes de algas y extractos verdes

En una hierba silvestre, en el caparazón de un crustáceo, o en las algas marinas se guardan las respuestas para la agricultura del futuro. El equipo del emprendedor José Ramón Alcaráz ha sabido encontrarlas para sustituir los productos químicos por extractos verdes en la lucha contra las plagas o para estimular el rendimiento de las cosechas. Su marca, NATURBEC, ha ganado el primer maratón regional de economía circular ‘Green Up Weekend’ dedicado a la creación de empresas sostenibles, que organiza el INFO a través del Centro tecnológico de la Energía y el Medio Ambiente (Cetenma) y el Centro Europeo de Empresas e Innovación de Murcia (Ceeim). El empresario considera que fue “el potencial de crecimiento y la escalabilidad del proyecto” lo que mereció el premio, aunque su alcance va más allá. En su facturación se podrá medir el poder transformador de unos productos naturales destinados a quedarse en la revolución verde del sector primario.

 “En el año 2000 había más de 13.000 sustancias activas que se usaban para la agricultura, y hoy son solo unas mil, que poco a poco van disminuyendo ya que la UE las da de baja porque son nocivas para la vegetación, para las abejas, para los suelos o el aire”, explica Alcaráz. Apremiados por las normas europeas y por las exigencias de los mercados, cada vez más mentalizados con el cuidado de la salud y el entorno, los productores necesitan nuevos métodos. “El agricultor no tiene herramientas naturales suficientes para sus problemas del día a día”, señala el empresario, que detectó a pie de campo la necesidad de disponer de sustancias que no dejen residuos nocivos. “Tenemos un extracto a base de algas naturales y un biofugicida de cola de caballo muy efectivo”, destaca Alcaráz. Su departamento de I+D+i potencia las propiedades fungicidas de esta planta reparadora y aumenta su efectividad.

 Los remedios estaban al alcance de la mano, a la espera de ser descubiertos. Para el creador de Naturbec, “hemos estado de espaldas a las soluciones de la naturaleza”. Alcaráz lo atribuye al “desconocimiento”. “Cuando una sustancia está autorizada, nadie piensa que no se debe usar, hasta que los efectos negativos se hacen evidentes”, explica. El empresario cree que la transformación de la producción agrícola es ya un camino sin retorno porque “los gobiernos están mentalizados a fijar límites, y los agricultores están dispuestos a hacer el cambio”. Su labor consiste en demostrarles que “con estos productos solucionan sus problemas con el mismo coste y además les abre nuevos mercados”.

 APRENDER NUEVOS MÉTODOS

La labor didáctica para ayudar a los productores a desaprender métodos menos sostenibles para sustituirlos por otros basados en sustancias naturales, es una función ineludible que tienen que asumir los técnicos. “Les demostramos dos y tres veces que nuestros productos funcionan como los que empleaban, por eso tenemos varias fincas de transferencia de conocimiento y métodos en Cartagena y en Cieza”, explica el empresario. La versatilidad de sus ‘jarabes’ naturales para combatir plagasy enfermedades en las plantas los hace útiles para cualquier cultivo. “Solo hay diferencia en el momento en que lo aplicas y cómo lo haces, así que podemos trabajar con casi todo tipo de producción”, indica.

 ESTAMOS A TIEMPO

“No son irreversibles los efectos que hemos causado en los suelos. Hay que mirar hacia adelante”, opina Alcaráz. Asegura que Naturbec ha ‘limpiado’ suelos recuperando su microbiología. “Hace falta tiempo y medios naturales”, explica. El alto grado de tecnificación en la agricultura murciana y la expansión de los métodos ecológicos son los principales indicadores de que “es donde mejor se cultiva de toda la UE”. La señal más positiva es sin embargo la paulatina transformación de la agricultura convencional, lo que se evidencia en el hecho de que el 90% de la facturación de Naturbec la generan productores no estrictamente ecológicos. Las soluciones naturales se van convirtiendo en una herramienta necesaria para los productores cuando no pueden emplear métodos convencionales por los plazos de seguridad o por la limitación de uso fijada por las normas europeas, o incluso por las cadenas europeas de supermercados, que imponen sus propias líneas.

IMAGINACIÓN PARA INNOVAR

Para el empresario, “las dificultades para atraer talento es difícil cuando los recursos son escasos”, aunque Naturbec ha logrado crear “un equipo con alta cualificación y con una gran motivación por favorecer una agricultura competitiva libre de residuos químicos”. La empresa agrobiuotecnológica se encuentra aún en fase de despegue pero ya con un pie en los mercados exteriores. Ya han iniciado contactos con productores de varios países y ha enfocado la lente en mercados de interés como Turquía, Egipto y Sudamérica. Alcaráz cree que “2020 será el año del salta de Naturbec”.

UN PREMIO VERDE

Convertirse en ‘medalla de oro’ del primera maratón regional de economía circular ‘Green Up Weekend’, dedicado a la creación de empresas sostenibles, ha sido para Naturbec “un reconocimiento y la posibilidad de darnos a conocer. Ya no han oído hablar de nosotros cuando llegamos”. La firma cuenta con sus principales clientes en Murcia, Alicante y Albacete, aunque su cuota de mercado se va ensanchando.

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-  EL MARATÓN GREEN UP WEEKEND facilita la colaboración entre empresas, que cuentan con un equipo de expertos en emprendimiento en economía circular. ‘Green Up Weekend’ forma parte del propyecto ‘Green Smart Up’, que Cetenma desarrolla para fomentar la creación de empresas verde en la Región. El programa ’Empleaverde’ está impulsado por la Fundación Biodiversidad a través del Ministerio para la Transición Ecológica. La financiación procede del Fondo Social Europeo (FSE) y la coordinación del INFO.

- LA ECONOMÍA CIRCULAR es un modelo de producción y consumo que implica compartir, alquilar, reutilizar, renovar y reciclar materiales y productos existentes cuantas veces sea posible para crear un valor añadido, de forma que el ciclo de vida de los productos se alargue. Ya no se trata de una opción, sino de una necesidad para garantizar un futuro habitable del planeta, ya que será difícil mantener una UE que produce más de 2.500 millones de toneladas de residuos al año.

Imagen: Ramón Alcaráz (de pie). Sentado, su compañero Tristano de Gregoris en uno de los laboratorios