Pocas veces una situación adversa, como la falta de agua, se convierte en una fortaleza. La empresa OTK Soluciones, especializada en consultoría de proyectos integrales de ingeniería agrícola, ha sabido darle la vuelta al déficit hídrico de la Región para convertirlo en tarjeta de presentación ante inversores en países de África y Sudamérica, donde requieren la tecnología y el conocimiento murcianos en materia de producción inteligente.

Su director, el ingeniero agrónomo Emilio Cobos, destaca las ventajas para los productores murcianos de producir en Senegal o Panamá con las mismas garantías de calidad que en Murcia para abastecer a sus clientes o abrir nuevos mercados fuera del calendario de cosechas en la Región. "Les permite aumentar su capacidad exportadora, pero además creamos riqueza en otros países", explica el empresario.

 

¿La consultoría para proyectos de ingeniería nació ya con vocación internacional?

Sí, en 2004 implantamos la empresa en Senegal para que empresas murcianas pudieran producir melones. Fuimos precursores y empezamos a trabajar para varias empresas como consultores de proyectos de ingeniería en Angola, Gambia, Gana, Argelia y Sudamérica, aunque la base la tenemos en Senegal.

Ya en 2010, creamos OTK Soluciones con base en Murcia para otras líneas de consultoría, como modernización de regadíos y gestión del agua, que también exportamos a otros países.

¿El déficit de agua en Murcia es tan acentuado como en los países africanos donde suelen trabajar?

En Murcia llega a ser más complicado. Trabajamos mucho en el sur del Sáhara y al norte de Senegal, y hay muchas zonas cuyo déficit hídrico no es tan agudo como en Murcia. En realidad, nos ha validado en  otros países nuestra experiencia en la Región, donde la escasez de agua nos ha obligado a desarrollar sistemas de eficacia máxima. Por eso cuentan con nosotros como consultores en otros países, aunque el material de riego se fabrica en la Región.

¿La tecnología puede llegar a resolver un problema tan endémico en la Región como es el déficit de agua?

La tecnología lo podría resolver. La desalación no es la solución definitiva, pero sí un complemento, y hay que atender a soluciones complementarias, ya que nuestro déficit anual se eleva a 400 hectómetros. Gestionamos varias comunidades de regantes y notamos que se 'vende' mejor la idea de la gestión mixta del agua fuera que aquí.

¿Cuál es el modelo internacional actualmente en gestión de agua?

Israel es precursor de muchos sistemas de regadío localizado, pero riegan con un agua excepcional, la misma que utilizan para beber. En Murcia sin embargo, somos capaces de lograr un rendimiento óptimo en los cultivos con una calidad de agua infinitamente peor. La tecnología de Murcia está en vanguardia y es ya mejor que la de Estados Unidos.

¿Cuál diría que es el valor diferencial de OTK actualmente de cara a los inversores de proyectos internacionales?

Somos pequeños, pero contamos con equipos eficientes en Senegal y Paragüay con un alto grado de especialización. Actualmente trabajamos en un proyecto de ingeniería del Banco Mundial en Marruecos sobre 83.000 hectáreas, adjudicado a una gran empresa pero con el requisito de que cuente con OTK como consultores, porque somos los expertos de Murcia en gestión de agua en situaciones extremas.

¿En qué países cuentan con más demanda?

Principalmente en África. Trabajamos en los proyectos desde cero, diseñamos, gestionamos la compra de infraestructuras, nos quedamos para hacerlo funcionar y formamos al personal. En Angola hemos estado dos años en la construcción del proyecto y otros cuatro años trabajando en la selva, poniendo en marcha instalaciones agrícolas desde el principio, y eso es muy bonito. Es algo vocacional. Nos gusta África.

¿Transforman el proyecto en un trabajo de cooperación internacional?

Sí. Son pequeñas comunidades rurales, sin agua, como en Senegal, donde pusimos en marcha varios proyectos de producción y actualmente son autosuficientes. También gestionamos la comercialización con los compradores europeos. Otros proyectos terminan quedándose en el olvido si los haces y luego los abandonas, pero nosotros intentamos potenciarlos para que funcionen. Al final es cooperación española.

¿Cómo repercute en la Región la producción agrícola en explotaciones africanas?

No son competidores directos de Murcia, sino ventanas productivas para abastecer los mercados en franjas de tiempo que complementan las de la Región. Le damos servicio a los productores murcianos, que pueden completar sus calendarios de venta a sus clientes europeos con las máximas garantías de calidad, y creamos riqueza en ese país. Son proyectos que se podrían replicar por parte del Estado español para multiplicar su capacidad de exportación.

¿Cómo surgió la idea de desarrollar proyectos en países con condiciones adversas, como los de África?

Fue pura ilusión por trabajar en África. Primero lo hicimos a través de unos clientes húngaros que querían producir pimientos en Senegal, ensayamos distintos tipos e instalamos estaciones agriclimáticas, y nos dimos a conocer con nuestros conocimientos tecnológicos. Ahora nos buscan las empresas de ingeniería.

¿Sus proyectos van más allá del objetivo de rentabilidad por el entorno donde nacen? ¿Buscan dejar una huella de evolución en el entorno?

Sí, son comunidades rurales con una economía de subsistencia muy básica, de modo que luego es necesario acompañarlos y formarlos para que no se deje abandonado. Si no hay formación, se acaba. Senegal era una desconocida para Murcia, y actualmente está de moda para producir melón piel de sapo y sandía.

¿Complementa la ventana productiva del melón y la sandía que se producen en la Región?

De marzo a abril, cuando aún no hay melón en España, llega al mercado el de Senegal. De ser un país residual en producción agrícola, se ha convertido en la estrella del melón. Ha logrado hacerse una marca. Estamos también trabajando en el cultivo biológico de mangos, que ha logrado también situarse en su ventana productiva.

¿Qué nueva situación estratégica les proporciona participar en proyectos de Centroamérica?

Para el productor murciano, el mercado principal es el europeo, que es bueno pero complicado. Hemos visto que es posible diversificar con la marca de calidad de la producción murciana y cultivar por ejemplo en Panamá, porque hay agua, es una zona estable, cuenta con un clima óptimo y funciona como centro de distribución, pues desde allí es más fácil llegar al mercado chino y de Estados Unidos.

¿Cómo ve el futuro de la producción agrícola en Murcia?

Hemos visto que somos capaces de producir con una calidad muy elevada, pero también de generar problemas en el entorno, y eso nos puede hacer daño en mercados de exportación, que buscan cada vez más una agricultura sostenible y biológica. Es fácil que un competidor llegue y se aproveche de ese punto débil. Por eso creo que debemos tender a una agricultura más especilizada por la escasez de agua. A pesar de que somos un ejemplo en aprovechamiento de agua y optimizamos hasta la gota, la producción tenderá a mantener la calidad con menos cantidad.

¿La situación de necesidad les ha proporcionado el valor añadido como empresa?

Sí, nuestro caso ha sido muy particular, porque representamos el buen hacer de Murcia. Cuando vamos a Sudán o Egipto, donde no hay agua pero necesitan desarrollar cultivos de calidad, podemos aportar nuestra experiencia en la Región. Esa especialización ha permitido desarrollar una tecnología en material de riego y en instalaciones de energía fotovoltaica, que se exporta en un 70% a terceros países de Sudamérica, Asia y África.

¿Qué ventajas les ha proporcionado integrarse en AgritechMurcia?

AgritechMurcia nos ha aportado mucho y aún esperamos que nos aporte más. Nos facilita el acceso a determinados mercados y nos respalda, lo que nos proporciona una fortaleza añadida. También nos facilita empezar a vender la gestión eficiente del agua que hacemos en la Región. El siguiente objetivo es convertir a la región de Murcia en la referencia mundial en gestión del agua, que ahora tiene a Israel y Holanda como modelos.  

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