Caso BrainLang. La factoría de ficción en inglés
El Netflix del aprendizaje en inglés
La vertiginosa trayectoria de BraingLang, la primera plataforma web de contenidos de ocio para aprender inglés sin estudiar, solo se parece a la rapidez con la que un usuario puede comenzar a asimilar el segundo idioma. Esta plataforma nació de la mente de Leopoldo Cano, experto en ingeniería de sistemas adaptados al aprendizaje online, y desde el inicio contó con el apoyo del inversor Rodolfo Carpintier, iniciador del comercio electrónico en España y gurú de internet, como presidente del proyecto y como Business Angel. Además, el empresario cartagenero fundador de ONO Eugenio Galdón ha respaldado la idea como mentor.
La ayuda del INFO en la maduración del proyecto comenzó con el asesoramiento financiero, a través del Centro Europeo de Empresas e Innovación de Murcia (CEEIM) y facilitó la concesión de uno de los préstamos ENISA del Ministerio de Economía, Industria y Competitividad. Otra parte de la financiación procede de la fórmula 'equity crowdfounding', que les proporcionó en 2016 un capital de 259.154 euros a través de la plataforma Crowdcube.
Con un equipo eminentemente murciano, la fórmula BrainLang incorpora la filosofía del aprendizaje del profesor Stephen Krashen, de la Universidad de Southern California, y el método del profesor Domingo García, respnsable de contenidos lingüísticos.
"A los inversores les explicábamos que somos el Netflix del inglés, un dos en uno, pues contamos con el talento de Fernando Cordero, guionista de series como 'Médico de familia', y de la asesora pedagógica Catherine Staveley, profesora de la Universidad de Murcia", señala el responsable de Contenidos, Óscar Arenas.
Miles de videos se encuentran disponibles al usuario, que solo tiene que disfrutar del visionado o la escucha para asimilar el idioma. Sin clases ni profesores. Tan innovador como el contenido es el modelo de negocio y la forma de comercialización. El cliente solo paga por los contenidos que consume, de modo que evitan la sensación de remordimiento del cliente que inexorablemente ha llevado a los consumidores de otros métodos a la insatisfacción.
No es para nada el temor de BrainLang, que en apenas cuatro meses han logrado más de 5.000 clientes registrados y ya piensan en incorporar tecnologías de realidad virtual y videos en 360 grados para que el entrenamiento mental del idioma no caiga en la rutina. Sus planes ya apuntan al segmento del profesional que necesita perfeccionar el inglés para los negocios.